Género: Romance / Sexualidad/ Policial.
Dirección: Paul Verhoeven
Protagonistas: Sharon Stone, Michael Douglas, Jeanne Tripplehorn
Duración: 120 minutos
Año: 1992
Dirección: Paul Verhoeven
Protagonistas: Sharon Stone, Michael Douglas, Jeanne Tripplehorn
Duración: 120 minutos
Año: 1992
Dale, que vamos a seguir con Paul Verhoeven. Ese director que no pudo/quiso ser grande pero que en 1987 la metió en el ángulo con Robocop, consiguiendo crédito suficiente como para tres años más tarde insistir en la acción con Total recall (1990), aunque esta vez con actores cotizados en el mercado como Arnold Schwazenegger y una emergente Sharon Stone. El caso es que le volvió a ir bien por lo que recibió carta blanca para jugar a donde quisiese en sus siguientes filmes, y aquí viene la jugada maestra, pues en lugar de insistir sobre la misma tecla decidió girar en U para patear el tablero y centrarse en dos temas: sexualidad y mujeres. Dos temas que en realidad se vuelven uno en Basic instinct, recluyendo nuevamente a Sharon Stone y sumando a Michael Douglas, que por esos años era todo un rockstar en Hollywood. Ya sabemos, eran otros tiempos...
Desarrolla así Verhoeven un thriller bastante cliché, digamos, la clásica historia de "quien es el asesino", donde lo realmente relevante es todo el rollo sexual que mete el guion y por supuesto la figura de Sharon Stone, que emerge hasta niveles pocas veces vistos en la historia del cine, y lo más maravilloso de todo es que no por la razones acostumbradas. Porque hagamos memoria (o bueno, quienes lo vivimos), hablando de sexualidad femenina ¿Qué era lo que nos presentaba el cine comercial hasta ese entonces? Lo más "osado" fue ver a Kim Basinger unos años atrás bailarle a un hombre con 'You can leave your hat on' de Joe Cocker de fondo. ¿Y qué es lo que nos muestra Paul Verhoeven? A una mujer empoderada de su sexualidad, con una actitud de temer, dispuesta a agarrarte de los huevos y soltarte cuando le diese la gana. Bisexual además. ¿Algo más? Pues claro, escenas extensas de sexo (dentro de los cánones que la industria podría permitir en 1992, no debemos olvidar que esto era cine comercial y pasaría por los cines. Seguro que hoy el director mostraría más), orgasmos varios y un cruce de piernas con vagina incluida. ¿Una vagina en pantalla grande? Paul lo hizo, con mítica escena además. Sin embargo, pese a todo lo mencionado, donde la película realmente triunfa no es cuando va hacia lo explícito sino más bien cuando es sutil.
No creo que Verhoeven lo haya hecho intencional pero inevitablemente en el triángulo protagonizado por Michael Douglas (Nick) + Jeanne Tripplehorn (Beth) + Sharon Stone (Catherine Tramell) acaba enfrentando aquel presente con nuestro presente en materia de relaciones. Nick sabe tiene a Beth en sus manos, la utiliza, puede violentarla, amedrentarla, violarla incluso y ella sigue ahí. Le grita que acuda a un terapeuta para que "así pueda conseguir un orgasmo", y ella sigue ahí. De pronto conoce a Catherine, quien instala una exquisita tensión sexual entre ambos, y él pierde el control por completo. En cada escena creemos/esperamos que tendrán sexo, pero no es así, Catherine (Verhoeven en realidad) estira la tensión al límite de manera magistral. Ahora, Catherine Tramell es tema aparte por si sola, ¿Una perla? Sus diálogos descolocando a una serie de policías al hablar de su gusto por el sexo ("Me gusta que usen las manos y dedos..."). ¿Otra perla? El que en distintas escenas se sugieran sus pezones bajo sus prendas. Notable detalle y un simbolismo (esta vez si intencionado por el director) muy adelantado a su época. También es intencionado el que se muestre sexo oral y sea él quien complazca primero a ella. Enorme, porque insisto: era el Hollywood de 1992.
El humor de Paul Verhoeven también está presente en pequeños momentos de la película: Nick prendiendo la radio en medio de una escena del crimen, una película de monstruos en televisión mientras este duerme borracho en un sillón o un ridículo baile en medio de una fiesta noventera. Todos regalos del autor para quienes disfrutamos de su obra. ¿Y algún detalle a criticar? Por supuesto, que no todo es perfecto: los giros argumentales en la recta final, con un cierre que es un total disparate. Aunque claro, sabemos todo el tiempo que la historia realmente no le importa a nadie, lo interesante siempre es el fondo.
El tiempo acabó situando a Basic instinct en tierra de nadie. Una película osada y rupturista para su época (feminista incluso) pero que ha envejecido mal (como todo el cine de Paul Verhoeven, eh?) porque los detalles son tan pero tan sutiles que resultan difíciles de valorar a simple vista, por lo que acaba quedando el grueso, y ahí la cinta no pasa de ser una corriente película de asesinatos. Con todo, a Verhoeven hay que darle el haber calentado los hogares noventeros con buenas dosis de erotismo y utilizando a una mujer empoderada de su sexualidad como protagonista, algo que incluso la misma Sharon Stone intentó aprovechar en sus siguientes papeles (Sliver junto a William Baldwin, The specialist junto a Silvester Stallone) aunque jamás con resultados similares.
¿Lo mejor? Catherine Catrell.
¿Lo peor? El cierre de la historia, terrible.
¿Dónde la veo? Está en Netflix.
4.0 : Excelente
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