Dirección: Galder Gaztelo-Urrutia
Protagonistas: Iván Massagué, Zorion Eguileor, Antonia San Juan
Duración: 95 minutos
Año : 2019
Duración: 95 minutos
Año : 2019
"El 1% quiere esto torcer,
el 9% tiene el poder.
De lo que queda, el 50 solo come y el resto se muere sin saber por qué..."
(León Gieco)
el 9% tiene el poder.
De lo que queda, el 50 solo come y el resto se muere sin saber por qué..."
(León Gieco)
Esta película yo la vi en 2019, cuando estaba todo el revuelo en torno a ella, pero no quise escribir al respecto porque en caliente a veces las cosas no se valoran como deben. Así que he esperado cuatro años para volver a verla, ya de manera más objetiva, por lo que ahora si que si voy...
Y bueno, aquellos que rondan los cuarenta (por arriba o abajo) puede que recuerden una película de fines de los noventa titulada El cubo, cinta de terror que en su momento genero ruido debido a la originalidad de su propuesta: una serie de personajes que aparecían en una especie de cubo rubik gigante en donde cada sala consistía en una prueba de sobre vivencia (recordemos que hablo de tiempos "pre saga Saw"). Si no la has visto...¡búscala!. El caso es que algo de El cubo hay en esta interesante película española: el situarte en un escenario extraño, retorcido y donde sus personajes deben someterse a ciertas reglas para lograr sobrevivir. Con un importante añadido en este caso eso si: la reflexión política.
Hay una ambigüedad en El hoyo que en lo personal me parece exquisita. ¿Es la película una apología o una sátira al capitalismo? ¿O ambas cosas a la vez? Como sea, la idea es fantástica. Un personaje (Goreng) despierta en una especie de celda acompañado del entrañable Trimagasi (Zorión Eguileor, que está enorme). Rápidamente este último se encargará de explicarnos lo que está ocurriendo: se encuentran encerrados en un piso (el 48) donde en cierto momento del día baja una plataforma con comida. Desconocen cuantos pisos son en total pero Trimagasi si sabe que son los suficientes como para que quienes están muy abajo reciban la plataforma completamente vacía, por lo que no comen. ¿Durante cuanto? Pues un mes, período tras el cual son trasladados a otro piso de manera aleatoria (o eso al menos creemos).
La premisa es genial por tanto. Están los de arriba, al medio y abajo. Están los que reciben la plataforma repleta de comida, quienes reciben los restos y los que reciben nada. El capitalismo en estado puro (y duro). Pero con un elemento relevante: dicho estado se modifica, por lo que si has pasado hambre durante cuatro semanas sabes podrías el siguiente mes gozar de privilegios, y así. Este elemento de incertidumbre en lugar de conformar y tranquilizar a las personas, les convierte en verdaderos salvajes, reflejando lo peor de la especie humana, aunque como en la vida real existirán algunos soñadores que intentarán generar consciencia y empatía con el resto (acá, los personajes Goreng, Imoguiri o Baharat). Y bueno, mediante una dinámica adictiva El hoyo irá revelando sus secretos aunque en medida que se acerque al final irá patinando groseramente, por que claro, cuando te has inventado tanta cosa unirlas con cierto sentido no es cosa fácil, por lo que la dirección opta por dejar muchos asuntos abiertos, demasiados diría yo.
(Spoiler desde acá)
Hay asuntos que la película deja en el aire (algunos no eran TAN difíciles de explicar, por lo que algo de indignación provoca el que no lo hayan hecho): ¿Cómo se mueve la plataforma? ¿Es que estamos en el futuro? Ni idea. ¿Cómo mueven a los personajes al finalizar cada mes? ¿Les duermen? ¿Les observan por cámaras? Es que de otra forma no se entiende eso de que no puedan bajar comida de la plataforma. ¿Esto es una cárcel? En un momento algo así te dan a entender, pero entonces, ¿Por qué ingresa gente de manera voluntaria?, por cierto: ¿Ingresas para dejar de fumar? ¿Me estás jodiendo...?.¿La mujer que sube y baja, cómo sube? ¿La niña en el piso 333? ¿Por qué? Y lo peor de todo: el final abierto e incomprensible. ¿Es que Goreng ha muerto y se ha imaginado todo? Sería ciertamente la clásica salida más fácil para el guionista, pero siempre la peor de todas.
El hoyo es por tanto una película especial, digna de revisar por el mensaje con que cuenta, macabro y dinámico. Sin embargo, en la recta final, a la hora de unir los cabos, el guión se enreda y decide salir corriendo, dejando a la trama ahí, frente a ti mirándote a los ojos con cara de signo de interrogación.
¿Lo mejor? La premisa. Fantástica. El guiño político al capitalismo.
¿Lo peor? Lo dicho, el cierre. Todo queda abierto y pierde mucho peso.
¿Dónde está? En Netflix.
Recuerdo haberla visto en ese momento de éxito y también de que me había gustado. No tengo problema con los finales abiertos, es más, me encantan. Pero lo bueno es que coincidimos en la visión de una película! jaja. Saludos.
ResponderEliminarAlguna vez que coincidamos jajajaja!
EliminarSaludos master.