Género: Suspenso / Aventura / Comedia
Dirección: Jordan Peele
Protagonistas: Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun
Duración: 130 minutos
Año: 2022
Dirección: Jordan Peele
Protagonistas: Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun
Duración: 130 minutos
Año: 2022
Jordan Peele es uno de esos directores que intentan instalar temas relevantes en el desarrollo de una película vendible y entretenida. Tanto en Get out (2017) como en Us (2019) buscó perfilar una crítica social (con fuerte carga racial) enlazando con el suspenso y terror, generando propuestas, por lo bajo, interesantes. Acá ha vuelto a jugar su carta y se la jugado por la explotación animal (si, para quien no lo haya agarrado, de eso va la película) y como el ser humano es capaz de transformar cualquier tragedia en un negocio, aunque girando esta vez hacia la aventura e incluso la comedia. Y si bien la idea es potente (incluso brillante), lamentablemente le ha quedado un menjunje difícil de tomar en serio a causa de un guión algo mentiroso y repleto de giros convenientes.
"Arrojaré inmundicias sobre ti, te volveré abominable y haré de ti un espectáculo" afirma la leyenda inicial con que la película abre, complementando en una primera escena con la historia de Gordy, un simio que se ha estresado en un set de televisión, perdiendo el control y asesinando a gente del personal. Esta historia es clave por supuesto, porque instala desde ya la idea de la explotación, sin embargo, Peele no se queda solo ahí y nos muestra como un niño coreano (protagonista de este show) una vez adulto ha sido capaz de convertir este drama en un show, instalando en su casa una especie de museo del programa.
La idea del hombre abusando de los animales con fines comerciales es eje central en la película, y lo vemos en los protagonistas, quienes crían caballos para utilizar en películas de Hollywood o cuando descubren un suceso paranormal se obsesionan con la idea de filmarlo para venderlo en el show de Oprah. El morbo vende, lo sabemos, por lo que Peele decide exponer nuestra insensibilidad a toda escala y, al menos ahí, acierta. Pero algo más: en todos los casos los animales reaccionarán y se rebelarán ante el abuso, detalle no menor.
¿Y dónde está el problema entonces con la película? Pues en todo lo que rodea esta idea central. Y es que el director se esfuerza en armar una película entretenida, entonces no te mete uno, sino DOS personajes "divertidos", se toma nada en serio, construye una historia de aventuras con tintes de comedia pero llena de elementos clichés, otros que distraen innecesariamente, muertes absurdas, momentos con diálogos ridículos, y que, para peor, mucha gracia no causan.
(¡Atención! Spoiler descarado desde acá. La cuento completa...)
Me molesta que las películas te mientan, y esta lo hace. La principal tomadura de pelo está en la escena del simio. ¿Qué pinta una zapatilla mirando el techo verticalmente? Instala la idea de que hay un asunto paranormal ahí. ¿Para qué? Es un recurso completamente innecesario y que te desvía además por completo de la temática de la película. Lo mismo con el coreano, es un elemento clave hasta que ya no te sirve, por lo que a media película lo borras.
Luego tenemos al personaje de Daniel Kaluuya que va entendiendo a la bicha y su comportamiento. De pronto en un flashback extraño recuerda que a los caballos les complican los espejos y ¡toma! Que a la bicha no hay que mirarla, como en ese capítulo de Los Simpsons donde las publicidades tomaban vida ("Just don't look!"). Todo super lógico. También entiende que a la bicha se le atoran elementos metálicos en la garganta y los escupe, entonces, en un momento le tienden una trampa. Le instalan unos globos con cara (que ojo, siempre han estado en la ciudad, ¿por qué no se los ha comido antes este ser? Anda a saber), y le realizan una encerrona para filmarla y en esa misma escena, el fotógrafo que decide ayudarles opta por hacerse el harakiri (con frase incoherente de despedida). Nuevamente todo muy lógico.
Entre medio lo clásico: se consiguen una cámaras y cuando tienen todo dispuesto para grabar a la bicha, resulta que un insecto se posa ante el lente, por ende, no tienen pruebas. Andá... ¡Ah! Y mira que en el pueblo han desaparecido cuarenta personas de sopetón pero nadie llega, eh? No hay prensa, curiosos, nada. Este es un pueblo fantasma donde solo conviven los cuatro protagonistas con la nube esta.
Y la bicha en si misma es todo un caso. Jordan decide mostrárnosla por dentro: una especie de juego inflable que funciona como aspiradora. ¿Cómo come? ¿Cómo escupe? ¿Cómo aspira? ¿Por qué entrando al cierre decide abrirse y mostrarse como lo que realmente la mariposa de tela que realmente es? Da igual. Todo es conveniente al guión. Lo mismo que el final, al que hay que darle un punto: acá Jordan revela que nos ha tomado el pelo de comienzo a fin y se disfraza del peor de los Tarantino: la bicha se traga un juego inflable (again, que siempre ha estado ahí, ¿por qué no se lo ha comido antes?), explota y J.O aparece entre el polvo montado en un caballo cual heróe cowboy.
En fin. Lo dicho, una lástima, que la película mala no es y contaba con una idea era brillante (es MUY original) pero lamentablemente todo lo que la rodea te saca por completo de esta...
¿Lo bueno? Todo el rollo de la explotación animal tiene su punto.
¿Lo malo? El guión lleno de absurdos.
¿Dónde está? En Hbo Max.
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