Género: Comedia negra /Sexualidad
Dirección: Sean Baker.
Protagonistas: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn.
Duración: 140 minutos
Año: 2024
Dirección: Sean Baker.
Protagonistas: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn.
Duración: 140 minutos
Año: 2024
Sean Baker tiene una fijación: el porno y la pobreza. Aquello que genera la mercantilización de la sexualidad entre los pobres, esto dentro una cultura de consumo completamente asentada y desatada, como la de los Estados Unidos (aunque aplica perfectamente para cualquier país de occidente). Lo curioso es que esta reflexión no la realiza desde una lógica moralizante o aleccionadora, dicho en simple: no te plantea un drama (al menos no a simple vista). De hecho, te invita a reír. Lo cual puede resultar incómodo.
El director ya había pasado por acá a propósito de Red rocket (2021) y ahora lo tengo de regreso con Anora. En ambas se instala desde realidades absolutas, es decir, un mundo que funciona de cierta forma y ya está, no se cuestiona. El modelo está asentado, desarrollado y se reproduce. Y en este contexto es que tenemos a Ani, una joven prostituta que vive de bailar para hombres en un club nocturno. Ella, sin embargo, no es ninguna pobrecita. Es una mujer de 23 años empoderada capaz de enfrentarse a cualquiera por lo suyo, un animal salvaje (¡y vaya que lo es!) que se ha desarrollado dentro del libre mercado. Porque somos animales de costumbre, hijos de nuestro contexto.
Ani es un objeto puesto al servicio del mercado, sin embargo, ella no realiza reflexión alguna al respecto. De hecho, incluso disfruta de este lugar que ha encontrado para sobre vivir. Es su realidad. Punto final. No hay espacio para el cuestionamiento, más bien solo saca partido de lo que puede. Y en ese contexto será que conocerá a un chico millonario ruso con quien intentará vivir su "sueño americano", lejos eso si de cualquier ideal romántico (que habría sido el giro cliché) Ani sigue mercantilizándolo absolutamente todo, para ella la vida es un negocio. Que ya nos lo dejaron claro: las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan.
Esta liviandad con que Sean Baker muestra la absoluta falta de principios con un eje puesto únicamente en la superficialidad enlazada con la sobrevivencia puede incluso resultar molesta para el espectador que inevitablemente espera algo de moralidad en pantalla, alguna lección. Sin embargo, Anora es otra cosa, es el culto al vacío.
Habiendo dicho todo lo anterior, en términos de forma la película se hace algo larga y el tipo de humor (demasiado tontorrón a ratos) puede no conecte con muchos (a mi más allá de uno que otro momento simpático, no me ha hecho reír, por ejemplo). Me quedo eso si con el fondo, ya solo por el salvajismo que Anora derrocha, vale absolutamente la pena.
¿Lo mejor? Pues lo dicho, la oda al vacío.
¿Lo peor? El tipo de humor.
¿Dónde está? Por ahora en cines y en mi Plex.
4.0 : Excelente.
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