Past Lives (2023)

Género: Romance / Drama
Dirección: Celine Song
Protagonistas: Greta Lee, Yoo Teo, John Magaro
Duración: 100 minutos
Año: 2023

"Cuando renunciamos a algo también ganamos algo..."

Si hay algo que me encanta en el cine es cuando una película "desde dentro" (como me gusta decir) te mete ideas, recursos y/o imágenes potentes. Encontrar ese equilibrio no es cosa fácil, armarte una película interesante/dinámica/entretenida pero al mismo tiempo tremendamente profunda. Y esto es lo que ocurre con Vidas pasadas de Celine Song, directora coreana-canadiense que reside en los Estados Unidos (algo de auto biográfico seguro tiene el filme seguro). Y es que si bien la película puede verse perfectamente en continuo y disfrutarse como una "buena historia de amor", también ocurre el que la directora se ha encargado de meterte en el camino una serie de reflexiones que quedarán ahí, dispuestas para quien quiera, tenga el tiempo y ganas de tomarlas. Si a eso agregamos un uso de las imágenes sencillamente brillante, que decir, el cóctel es completo y perfecto.

¿Existirá algo más puro que el primer amor?  Dividida en tres momentos temporales, Vidas pasadas abre de manera cruel recordándonos que parte importante de aquello que marca nuestras vidas no lo decidimos nosotros. Nos muestra los caminos de Na Young y Hae Sung, niña y niño coreanos separados en su infancia debido a que la familia de ella ha decidido emigrar a Canadá por motivos laborales, dándole con esto un giro a la vida de la niña, quien incluso cambiará a futuro su nombre por uno más occidental: Nora. Con este viaje, la chica ha debido abandonar forzosamente a su amigo de infancia pero no solo esto, iniciará un camino práctico ligado al desarrollo personal y profesional, que la alejará de Corea y de Hae Sung, con quien iniciará un ida y vuelta a través de los años que contrastará decisiones prácticas con la emocionalidad.

La película toca muchos temas, lo hace además desde una perspectiva feminista no declarada (no se cuelga ningún cartel ni panfleto) al mostrarnos a una mujer tremendamente empoderada en su vida e invertir los roles tradicionales que nos ha impuesto el patriarcado (aquí Nora es la "práctica y dura", Hae Sung el "sensible y vulnerable"). Sin embargo, nunca abandona el contraste entre lo que decidimos ser y aquel camino que no tomamos, Nueva York vs Corea, lo cual se encuentra siempre plasmado en los diálogos ("Aquí es donde me encontré a mi misma. Aquí es donde debo estar..." - le afirma Nora a su marido en algún momento) y también en pantalla: lo vemos cuando Na Young y Hae Sung son niños jugando en una plaza, cuando adultos paseando por la ciudad o cuando comparten en un bar, divididos siempre ya sea por el tronco de un árbol, por un pasamanos en el metro o por una lámpara en la mesa. En ese sentido, los planos urbanos donde los protagonistas comparten son hermosos, planos horizontales, sin diálogos, donde solo oímos el ruido ambiente. Momentos donde la directora nos recuerda que el cine no es solo guión e historia, pues las imágenes también pueden hablar. 

Entre todo este culebrón se encuentra Arthur, un buen hombre estadounidense que ama a Nora y se ha casado con ella, sin embargo, es capaz de observar la magia que existe entre su esposa y Hae Sung. Una química que él jamás tendrá con ella ("Sueñas en un idioma que yo no puedo entender..."- le comenta en un momento). Ha comprendido de golpe (y con mucha crueldad) que él representa lo práctico en la vida de Nora, lo que hay que hacer, el camino que se debe recorrer pero que jamás podrá tener una parte de ella: las miradas, los silencios, la complicidad. Eso que no se decide tener, está o no está. Eso que nos hace humanos. Amor le llaman algunos. 

Por si todo lo anterior fuese poco, un tema que me ha resultado particularmente fascinante en la película es el como aborda a las supersticiones. El mismo título (Vidas pasadas) es una referencia a esto pues el filme menciona que en Corea existe la idea de que "todo está escrito" y sucede "lo que debe suceder", aquello que llaman el "In-Yun" y que explica que cuando dos personas terminan juntas es porque en (muchas) vidas anteriores lo estuvieron, y en esta ya estarían "preparados" para estar juntos. Esta superstición, sin embargo, se contrapone en la película con el poder de las decisiones e instala sutilmente reflexiones en el aire: ¿es sano que las personas acaben rigiendo su vida en base a supersticiones o estás más bien son necesarias, dado que nos permiten vivir y nos sirven como consuelo ante la realidad? Ambos, Nora y Hae Sung, en algún momento se aferran/resignan a la idea del In-Yun, afirmando que "en otra vida será, en esta no estamos listos". Sin embargo y paradójicamente, los dos están en condiciones de romper ese camino y vivir juntos otra realidad. Dicho contraste me ha parecido sencillamente brillante.

Vidas pasadas es una película que reflexiona constantemente utilizando una poesía visual exquisita e instalando una serie de preguntas en nuestro inconsciente. También es una película de contrastes enmarcada en una historia de amor de dulce y agraz, un constante ida y vuelta que Celine Song ha retratado impecablemente en pantalla tocando tópicos como la renuncia, la elección y esas decisiones que marcan nuestra existencia. El mundo moderno y práctico (Estados Unidos) y el mundo romántico pero profundo (Corea). Lo que debe ser versus lo que es. Una fotografía brillante respecto a la crueldad con que suele actuar la vida, aunque seamos nosotros mismos quienes decidamos al respecto. 

¿Lo mejor? La cantidad de tópicos existenciales que instala.

¿Lo peor? Nada. Es una obra maestra de comienzo a fin. 

¿Dónde verla? La tengo en mi Plex

5/5: Obra maestra.

Nominada en los Premios Oscar como Mejor Película y Guión Original.

Nominada en los Globos de Oro como como Mejor Película (Drama), Dirección, Actriz Principal, Guión y Película de Habla No Inglesa.