Género: Drama.
Dirección: Andrea Arnold
Protagonistas: Nykiya Adams, Barry Keoghan, Franz Rogowski.
Duración: 110 minutos
Año: 2024
"La vida no siempre está vacía".
Otra directora que comienza a dar que hablar (aunque lamentablemente algo tarde). Me refiero a Andrea Arnold que a sus sesenta y tres años dirige su quinta película, un emotivo (y notable) drama que si bien se enmarca en un contexto de pobreza y gira en torno al concepto del abandono, lejos de buscar la lágrima fácil construye una historia que oscila entre el drama y la comedia, con dosis de poesía y realismo mágico. Toda una experiencia a la que vale la pena sumergirse.
El relato se centrará en Bailey, una niña inmersa en una familia completamente disfuncional, en cuidado de un padre demasiado joven para ser padre, separado, adicto y bueno, todo lo que diríamos "un tiro al aire". Su madre tampoco vivirá una mejor situación por su lado. Bailey ha debido criarse sola llena de rencores y confusiones, lo cual se acentúa dado su inminente entrada a la adolescencia. Digamos que se encuentra en esos momentos bisagra en donde puedes de un momento a otro perderte en la vida. Será, sin embargo, la aparición en su vida de un misterioso personaje quien le ayudará a atravesar un viaje introspectivo, el cual presenciaremos desde su mirada de infante.
En cuanto a las formas, estamos ante una de esas películas en donde no todo resulta tan comprensible ni evidente, lo cual seguro distanciará a muchos. Llega un momento en que cuesta distinguir que es real y que no dentro de lo que estamos viendo. Qué es un simbolismo y qué representa. Ayuda a llevar el trámite el que la fantasía que la directora nos propone es cruelmente simpática, llena de momentos divertidos que se sostienen sobre la figura de un fantástico Barry Keoghan, fuera de una banda sonora dinámica e imposible de no amar, la cual incluye a bandas británicas que van desde Blur, Coldplay, Fontaines DC hasta Sleaford mods. La música eso si, lejos de ser un mero adorno ayuda también al argumento, con líneas que no están puestas ahí porque si ("Cuando los días parecen caer. Simplemente déjalos ir..." - afirma el coro de la noventera 'The universal') si no que complementan el concepto de aquello que se quiere expresar en pantalla. Todo un acierto.
Paternidades no planificadas que desembocan en el abandono de menores, esto en un contexto de personas a quienes el Estado no logra llegar. De todo eso y más habla esta película interesante, diferente y atractiva. Cine por el que sigue valiendo la pena seguir creyendo.
¿Lo peor? Hay asuntos que quedan algo abiertos y derechamente no se entiende que representan.
2023: Saltburn
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